La ciudad de Huesca, se enclava dentro de la comarca de la Hoya. En menos de treinta minutos, se encuentra el castillo de Loarre, la fortaleza medieval mejor conservada de Europa, los Mallos de Riglos y Agüero, el monasterio de Casbas y un sinfín de pueblos con encanto e historia.
En torno a una hora, se encuentran la pistas de esquí de Formigal, Panticosa, Astún, Candanchú y Cerler, y toda la riqueza ambiental e histórica de las comarcas y condados del viejo Reino de Aragón, se puede visitar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, los Valles de Hecho y Ansó, el Aragón, Valle de Tena, de Benasque, el Somontano, observar las bellezas de las cimas pirenaicas, el arte del Serrablo, Sobrarbe y Ribagorza y la joya oculta de los Monegros.
Gatronomia
Visitar la ciudad, permite también disfrutar de su excelente gastronomía, donde se alternan las especialidades propias y tradicionales. Se puede disfrutar de unas ricas migas, sopas oscenses o de ajo, el pollo al chilindrón, la trucha, el bacalao ajoarriero, el ternasco asado, el cordero a la pastora, las chiretas y un amplio capitulo de embutidos y parientes próximos como las morcillas, tortetas, junto a una gran variedad de delicias reposteras tales como las castañas de mazapán, la trenza de Almudevar, las colinetas o el pastel ruso. Descúbrelos ... ¡ te sorprenderán !.
Actividades
Poder jugar al golf, en Arascués-Nueno, volar en velero o avioneta en Monflorite-Alcalá, practicar el windsurf en Arguis y Tormos, descender ríos en canoa o rafting en el Gállego, puenting, pasear a caballo en Huesca, o incluso a camello en Tardienta, escalar en Vadiello, volar en parapente, descender barrancos adentrándose en el Parque Natural de Guara, todo tiene cabida en Huesca.
En cualquier estación, vivir y sentir la ciudad de Huesca, partir y regresar a cualquier destino de la provincia en poco tiempo, a tu alcance.
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